23 May Higieniza tu comunicación.
Una foto de perfil con un mocho de fondo. Quien dice un mocho, dice una mesa a medio quitar o un contenedor de basura. Estos ejemplos son reales y los veo continuamente en fotos de perfil de WhatsApp, Instagram o Facebook. Y me producen cierto “rechazo”. Muchas veces son personas que conozco y que están en grupos personales, en otras ocasiones es gente que me salta en las redes sociales como perfiles de interés. En el segundo caso, dejan de interesarme solo por la foto de perfil. En el primer caso, pienso que deberían cuidar tanto su imagen pública en línea como la ropa que eligen para llevar al niño al colegio. Y me encantaría tener la confianza suficiente para señalarles el mocho y decirles que la próxima vez, aunque se vean guapas y guapos, es mejor revisar el fondo de la escena.
A falta de confianza buenas son las teclas. Por eso escribo este post. Es de marca personal y es muy básico. Pero va dirigido a todos aquellos que por no dedicarse al mundo de la comunicación piensan que no tienen la necesidad de cuidar su aspecto en redes. Que consideran que sus perfiles pertenecen al ámbito privado y que se pueden mostrar con libertad. Siento decir que la vida privada ha desaparecido en lo digital. Todo comunica y tu «yo personal» se funde con el «yo social» y el «yo laboral» sin que te des cuenta. Por eso es importante cumplir unos básicos en comunicación y cuidar tu imagen personal «pública».
Ahí donde tú te ves bien, yo solo veo el mocho, el contenedor con bolsas de basura y la mesa a medio quitar.
El matiz de tu belleza es personal, la realidad del entorno es objetiva. Casi es mejor que priorices lo segundo. Sin menoscabar salir bien. Obvio.
Ahora pasemos a las letras. ¡La de veces que los ojos se me han caído con un “haber” sin “h”! ¿En serio? Erratas las tenemos todos, yo la primera. Pero cuando las faltas de ortografía campan a sus anchas y se percibe una mala praxis generalizada en esto de escribir, la sensación de dejadez y descuido la traslado, no al texto en concreto, sino a la persona en sí.
Y si juntamos una foto descuidada con un texto mal escrito, ya te digo que dejo de confiar mucho en la persona en cuestión. Hablo en términos laborales y de expresión si se trata de una persona “conocida”. Desde luego, si es un desconocido que me “asalta” en redes, no seré su «amiga». Si se muestra y escribe mal, poco de lo que diga va a interesarme.
No le damos importancia a nuestra presencia digital.
Nos preocupamos por la ropa que nos ponemos, que el bolso combine con el pañuelo o que los zapatos sean los adecuados. Pero nos olvidamos que nuestra comunicación visual y escrita es hoy más importante que lo que vestimos. Porque hoy en día nos comunicamos más por lo digital que por lo analógico. La foto de perfil de WhatsApp la verán todas las madres y los padres de la clase de tu hijo. Será la primera imagen con la que te relacionen cuando alguien facilite tu teléfono. Y puede llegar a la persona que tenga que contratarte. ¡Te aseguro que será lo primero que mire!
¡Ah! No poner foto, también comunica. Si eres de los que piensas que esto no va contigo y prefieres mantener el anonimato y el silencio. Con tu falta de comunicación estás comunicando. Tenlo en cuenta.
Higienicemos nuestra comunicación.
Menos “out-fit” analógico y más “on-fit” digital.
No hay que escudarse en el consumo rápido de la imagen. Es mejor poco y bueno que mucho y mal escrito o fotografiado. Piensa antes de publicar. De cómo lo hagas dependerá la imagen que transmitas. Y la huella digital también está ahí.
He nombrado la red social más generalizada y que más descuidamos: WhatsApp, pero peor son estos ejemplos en redes orientadas a un desarrollo profesional. LinkedIn e incluso Instagram. En estos casos, no solo hay que cuidar una imagen o las faltas de ortografía, sino que además se debe tener coherencia visual y de estilo. No nos volvamos locos. No hace falta ser diseñador, fotógrafo o escritor. Solo mantener esa “higiene” de la comunicación a la que hago referencia. Para ello voy a daros algunos tips fáciles de seguir:
- Elige una imagen de perfil neutra. Cuida el gesto y el fondo. No seas estridente con lo primero y vigila qué tienes a tu alrededor.
- Tu imagen de perfil debe ser constante. Ten en cuenta que te reconocerán por ella muchas veces más que por el número de teléfono o nombre de usuario. Varía sí, pero por temporadas, no cada semana.
- Tu cotidianidad en 24 horas. Utiliza las historias o los estados temporales para mostrarte «al natural». En este caso la espontaneidad disculpará un fondo “turbio”.
- Homogeniza tus imágenes del muro. No hace falta ser fotógraf@ para ello. Si utilizas un filtro que siempre sea el mismo. Si te animas con el revelado, usa siempre los mismo parámetros.
- El corrector, gran amigo. Si sabes que lo tuyo no son las letras o tienes dudas con algunas palabras, Word te lo pone fácil. Pasa el texto por el corrector o pregúntale a Google antes de publicar.
- Una frase, una idea. No te líes con oraciones largas y mucha intersección. Mejor acórtalas. Entre 10 y 15 palabras está bien. Una idea por frase. Es un truco sencillo para comunicar bien sin cometer fallos de sintaxis.
- Revisa el texto antes de publicar y evita repetirte. Usa sinónimos.
Con estos tips no pretendo dar una clase magistral de marca personal y que tu imagen en redes sociales dé un vuelco de 180º. De hecho, están pensados para ponerlos en práctica en el ámbito doméstico ya que en lo laboral este proceso de cuidar la marca personal está más avanzado. Lo que a veces se olvida es que el ámbito privado y el público está a un click. Y esto de comunicar bien hay que hacerlo siempre. Más aún en los tiempos que corren. Con un mercado en continuo cambio, sin «trabajos para toda la vida» y una exposición digital desmesurada.
Ten en cuenta estos siete consejos. Para empezar, te evitarán muchas malas impresiones. Si los pones en práctica será como ponerte un oufit básico de pantalón negro y camisa blanca. Irás bien y no desentonarás. Vayas, donde vayas.
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